Parte cuarenta y seis de El anticristo de Federico Nietzsche. Captura y diseño, Chantal Lopez y Omar Cortes para la Biblioteca Virtual Antorcha
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XLVI

¿Qué se deduce de aquí? De aquí se deduce que es conveniente ponerse los guantes cuando se lee el Nuevo Testamento. Casi nos obliga a ello la presencia de tanta impureza. Nos guardaremos de escoger para el trato cristianos primitivos, como nos guardaríamos de los judíos polacos: no hay que oponerles reparo alguno, pero tienen mal olor.

En vano he buscado en el Nuevo Testamento un rasgo simpático: nada hay en él que sea libre, benévolo, franco ni honesto. Aquí no ha comenzado todavía el humanismo, falta el instinto de limpieza; en el Nuevo Testamento no hay más que malos instintos. Todo es vileza; todo allí es un cerrar los ojos y un engañarse a si mismo. Cuando se ha leído el Nuevo Testamento, cualquier otro libro parece limpio: para poner un ejemplo, yo, después de haber leído a San Pablo, leí con verdadero arrebato a Petronio, aquel gracioso y petulante humorista, del cual se podría decir lo que Domenico Boccaccio escribía de César Borgia al duque de Parma: Es inmortalmente sano, inmortalmente sereno y bien constituido: e tutto festo ...

Estos hipocritillas desbarran precisamente en lo esencial. Atacan, pero todo lo que es atacado por ellos se hace por esto mismo distinguido. Cuando un cristiano primitivo ataca, el atacado no resulta con mancha; por el contrario es un honor tener contra sí cristianos primitivos. No se puede leer el Nuevo Testamento sin sentir predilección por lo que en él resulta maltratado, para no hablar de la sabiduría de este mundo, que un descarado fanfarrón intenta en vano desacreditar con predicaciones estúpidas ... Hasta los escribas y los fariseos han sacado provecho de semejantes adversarios: debieron tener algún valor para ser odiados de manera tan indecente. ¡La hipocresía, he aquí un reproche que los cristianos primitivos tendrían derecho a hacer! Por último, escribas y fariseos eran privilegiados; esto basta; el odio de los chandalas no tiene necesidad de otros motivos. El primer cristiano, y temo que también el último cristiano, que acaso yo viva lo suficiente para ver es rebelde por un profundo instinto contra todo lo que es privilegiado; vive y combate siempre por la igualdad de derechos ... Si se observa mejor, no tiene elección. Si se quiere ser, personalmente, un elegido de Dios, o un templo de Dios, o un juez de los ángeles, entonces todo otro principio de elección, por ejemplo, la elección fundada en la probidad, en el espíritu y en el orgullo, en la belleza y en la libertad del corazón, me hace simplemente mundo, el mal en sí ... Moraleja: toda palabra en labios de un cristiano primitivo es una mentira, cada una de sus acciones es una falsedad instintiva; todos sus valores, todos sus fines son nocivos, pero lo que odia, esto tiene valor ... El cristiano, el cristiano sacerdote particularmente, es un criterio de valores.

Debo aún añadir que en todo el Nuevo Testamento se encuentra una sola figura que se deba honrar: Pilatos, el gobernador romano. Tomar en serio un asunto entre judíos, es cosa a la que no se resuelve. Un judío de más o menos, ¿qué importancia tiene? ... La noble ironía de un romano, ante el cual se ha hecho un cínico abuso de la palabra verdad, ha enriquecido el Nuevo Testamento con la única palabra que tiene valor, que es por si la critica y aun el aniquilamiento del Nuevo Testamento: ¿qué es la verdad? ...

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