Indice de la edición cibernética Breve compilación de la legislación petrolera mexicana selección de Omar CortésLey sobre el Petróleo promulgada el 24 de diciembre de 1901 por Porfirio DíazBiblioteca Virtual Antorcha

PRESENTACIÓN


La breve selección de leyes y decretos relacionados con la materia petrolera que aquí presento, fue extraida, en su totalidad, de la propia Red de Redes.

De diferentes sitios fui tomando los documentos que consideré idóneos para la conformación de la presente selección, concretándome a realizar la captura y el diseño de archivos html que básicamente conforman la espina dorsal de las ediciones virtuales colocadas en la Biblioteca Virtual Antorcha, por lo que siguiendo la dinámica que desde 1998 mi ahora desaparecida compañera Chantal y yo cotidianamente realizábamos, fui estructurando la presente compilación.

La lectura de los documentos aquí incluídos, permite el percatarse de la transformación que en el campo legislativo y político ha tenido el asunto de los hidrocarburos en México.

Así, partiendo de la Ley sobre el Petróleo, promulgada por Porfirio Díaz el 24 de diciembre de 1901, el Estado y la Nación mexicana fueron, poco a poco, adentrándose en el tema de los hidrocarburos. En un inicio la tendencia estatal, apegada totalmente a un criterio económico liberal, pretende tan solo regular el manejo de las concesiones a particulares; posteriormente, después de la caída del denominado Régimen porfirista y el advenimiento del maderismo, con el posterior entronamiento del Constitucionalismo encabezado por Venustiano Carranza, el Estado buscará extraer de las concesiones petroleras recursos económicos, vía impuestos, para el fortalecimiento de la Hacienda Pública, poniendo ello en evidencia la cada vez mayor influencia ejercida por los controles administrativos estatales en el campo de los hidrocarburos.

Durante el gobierno de Plutarco Elías Calles, se promulga, el 26 de diciembre de 1925, la importantísima Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo, ordenamiento legislativo este que sin duda marcará el inicio de la cada vez más notoria y decidida participación estatal en asuntos relacionados con los hidrocarburos. El interés mostrado por la administración estatal en los recursos petroleros de los que era rico México, es cada vez más evidente, quedando clara la intención gubernamental de ir participando, de manera directa, en este negocio, lo que terminaria creando una serie de contradicciones en torno al marco existente de las concesiones antaño otorgadas.

Sin duda, la creación en 1933 de la empresa estatal Compañía Petróleos de Mexico S.A., mejor conocida como PETROMEX, marca el punto de quiebre con la visión liberal del Estado en el asunto de los hidrocarburos, encaminándose directamente a una cada vez más evidente participación estatal en este negocio.

Desgraciadamente, y por más que busqué en la Red de Redes, no encontre documento alguno relacionado con esta interesante experiencia de la creación de una empresa estatal en el rubro de los hidrocarburos bajo el criterio de la economía mixta, esto es, con participación tanto estatal como privada. Puntualizo desgraciadamente, porque estoy plenamente convencido, de la enorme importancia que la conformación de esa empresa tuvo, en su época, para el desarrollo de una nueva visión sobre las posibilidades que abria para la Nación misma, el conjunto de actividades relacionadas con los hidrocarburos. Es más, si las compañías petroleras que en aquel entonces contaban con alguna concesión, hubiesen sido previsoras e inteligentes, facultades de las que carecían debido a la arrogancia y sentimiento de superioridad de sus accionistas, hubieran podido darse cuenta de que más temprano que tarde entrarían en conflicto con el Estado mexicano, por lo que debieron haber implementado una política de acercamiento con las instancias gubernamentales, lo que no sólo no hicieron sino que, montadas en el caballo de su miseria moral pretendieron, de manera grosera y altanera, desafiar al Poder Ejecutivo Nacional, lo que traería como consecuencia lo lógica y entendible reacción del gobierno presidido por el General Lázaro Cárdenas del Río que conllevó a la promulgación del decreto de expropiación y nacionalización petrolera del 18 de marzo de 1938.

Era más que obvio que desde la creación de PETROMEX, el gobierno mexicano había puesto sus ojos en lo que podriamos denominar el negocio de los hidrocarburos, y que tan sólo era cuestión de tiempo para que variara el marco jurídico-regulatorio prevaleciente.

En sí, la altaneria de las compañías petroleras que explotaban una o varias concesiones, al negarse a obedecer el laudo decretado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en relación al conocido problema laboral que enfrentaban, vino a constituirse en el pretexto ideal que una muy importante y poderosa fracción del aparato gubernamental, con ansias esperaba.

Al decreto expropiatorio seguiría, en un muy corto periodo de tiempo, otro decreto por medio del cual se crearía Petróleos Mexicanos.

Posteriormente, la promulgación de dos leyes reglamentarias del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo, expedidas, una durante el gobierno de Manuel Avila Camacho el 2 de mayo de 1941, y la otra en el de Adolfo Ruiz Cortinez el 29 de noviembre de 1958, otorgaron la necesaria solidez institucional en el campo de los hidrocarburos.

Vendria después el Reglamento de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo, promulgado por Adolfo López Mateos y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 25 de agosto de 1959, a lo que seguiría lo que denomino el punto culminante del proceso estatizador de los hidrocarburos en México, esto es, la reforma promovida al Artículo 27 Constitucional por Adolfo López Mateos el 20 de enero de 1960. Reforma esta que prácticamente cerró el camino para la participación de capítal privado, ya fuese nacional o extranjero, en el proceso de extracción, transportación y comercialización del denominado oro negro.

Después de la promulgación de aquella reforma al Articulo 27 Constitucional, el Estado mexicano se erguiría como amo y señor en el campo de los hidrocarburos.

Vendría después una reforma a dos artículos de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo promovida el 26 de diciembre de 1977 por José López Portillo, presidente a quien le tocaria enfrentar tanto el esplendor del poder de los hidrocarburos en cuanto a palanca de desarrollo, como el derrumbe del sueño petrolero.

En efecto, la denominada crisis de la deuda tuvo su origen en el derrumbe del precio internacional del petróleo y, por supuesto, en la falta de previsión de la administración lopezportillista.

Así, en los primeros años de la década de 1980, México se hundiría en una crisis espantosa. La garantía de su riqueza petrolera frente a la alta deuda externa contraida, se minimizaría al absurdo. En aquellos tétricos años, el petróleo dejo de ser, prácticamente de la noche a la mañana, una mercancia altamente codiciada, por lo que el ser poseedor de altas reservas petroleras dejo de considerarse sinónimo de riqueza.

A aquella crisis de la deuda seguiría un fortísimo periodo de desestabilización política, económica y social, hundiendose México más y más conforme pasaba el tiempo sin encontrarse remedio a tan angustiante situación.

Quienes vivimos aquella triste y desesperante etapa de la historia de México, bien que recordamos el ambiente irrespirable que cotidianamente enfrentábamos. Una tremenda espiral inflacionaria y un conjunto de medidas improvisadas, tomadas alocadamente por la administración pública, que nada resolvían y que por desgracia parecían complicar aún más la tan enredada situación.

Vendrían después tiempos obscuros, de inflación galopante y desmantelamiento de la Nación. La en otra hora incesante participación estatal en la economía decrecio de manera pronunciada, viendo, las posteriores administraciones gubernamentales, reducir su campo de acción y sometiéndose, de facto, a los requerimientos de organismos económicos internacionales. Pero como en aquellos obscuros tiempos los hidrocarburos no jugaban el papel que juegan en la actualidad, tan sólo fueron utilizados como marco de referencia, como garantía a futuro, de que los sucesivos gobiernos mexicanos se portarian bien, haciendo las tareas que les fuesen encomendadas.

No seria sino hasta mediados de la década de 1990, durante la administración presidida por Ernesto Zedillo Ponce de León, que daría inicio la cruenta batalla por la desregularización de los hidrocarburos, esto es, por eliminar la reforma constitucional decretada por Adolfo López Mateos en 1960.

Seguirían los tiempos de la llamada transición democrática con el advenimiento del Partido Acción Nacional, desplazando al Partido Revolucionario Institucional de la presidencia de la República, y así, durante el sexenio de Vicente Fox Quesada, intentose la desregularización de la industria eléctrica para permitir la participación de capital privado.

Con el Partido Acción Nacional en el poder, pensábase o suponíase que tan sólo sería cuestión de tiempo para que se diera la desregularización en el campo de los energéticos, particularmente en los hidrocarburos y la generación de electricidad, sin embargo una férrea y decidida lucha política generada por quienes abominaban de tal idea, complico en exceso lo que pensábase seria un dia de campo, y durante el sexenio administrado por Felipe Calderón Hinojosa intentose el, hasta el momento, más acabado y serio proyecto de desregularización en materia energética, lo que se patentizaría a través de un conjunto de reformas legislativas de las cuales he incluído tres en la presente selección. La Ley de Petróleos Mexicanos, del 28 de noviembre de 2008; el Reglamento de la Ley de Petróleos Mexicanos del 4 de septiembre de 2009 y el Reglamento de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo, del 18 de septiembre de 2009.

En los tiempos actuales de 2013, cuando nuevamente otra transición sacude la República con el regreso o advenimiento del Partido Revolucionario Institucional a la cumbre del Poder Ejecutivo Federal, nuevamente es tema de actualidad el asunto de la desregularización en materia energética.

La breve selección que ahora incluyo en los estantes de la Biblioteca Virtual Antorcha, no busca más objetivo que el poder servir de referencia a toda persona interesada en el atrayente tema de la industria energética en México.

Omar Cortés
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